Liliana
Pues resulta que el dia de hoy mientras disfrutaba de mis sagrados alimentos con la familia, me encontré a Liliana, a quien desde hace mucho tiempo no veía y que tenía muchas ganas de ver, pues le había perdido el rastro.
Fue una sorpresa grata, aunque fue en cierto modo una sorpresa esperada, pues de unos meses a la fecha, deseaba encontrarla de nuevo, como que es de esas veces en que a uno le da por acomodar piezas del pasado en su lugar y darles su justa medida, tratar de rescatar lo agradable, lo bueno, lo bello, porque ademas esa etapa de mi vida (cuando la conocí) todavía tiene unas partes medio nebulosas, por lo tanto mi deseo por verla era grande. Además de que su rostro me vino a la memoria recientemente pues una de las niñas de el grupo de lectura (Elsita) es terriblemente parecida a Lilis.
Cosa curiosa, la semana pasada que anduve por la Colonia Del Valle cumpliendo mis labores de padre, recordé que su mamá tenía un pequeño negocio cerca del escuela de mi pequeño, y se me ocurrió darme una vuelta la semana próxima. Por otra parte cuando llegamos al restaurante en el que comimos el día de hoy me quede viendo hacia la calle y pensé " a ver a quien me encuentro" y ¡oh, sorpresa!, que me la voy encontrando y estaba tal como la recordaba como si en lugar de 9 años hubieran sido 9 días.
Aunque no fue el encuentro que esperaba porque ella llevaba prisa y yo ando contenido para que no se me desborden las emociones.
Afortunadamente me dejo su número de teléfono y yo le dí mi tarjeta de presentación.
Definitivamente creo en el poder del deseo: cuando un deseo es genuino y lo deseas con todo tu ser, existe una alta probabilidad de que tu deeso se cumpla, aunque por otra parte hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea (pero esa es otra historia y será contada en otra ocasión)
Fue una sorpresa grata, aunque fue en cierto modo una sorpresa esperada, pues de unos meses a la fecha, deseaba encontrarla de nuevo, como que es de esas veces en que a uno le da por acomodar piezas del pasado en su lugar y darles su justa medida, tratar de rescatar lo agradable, lo bueno, lo bello, porque ademas esa etapa de mi vida (cuando la conocí) todavía tiene unas partes medio nebulosas, por lo tanto mi deseo por verla era grande. Además de que su rostro me vino a la memoria recientemente pues una de las niñas de el grupo de lectura (Elsita) es terriblemente parecida a Lilis.
Cosa curiosa, la semana pasada que anduve por la Colonia Del Valle cumpliendo mis labores de padre, recordé que su mamá tenía un pequeño negocio cerca del escuela de mi pequeño, y se me ocurrió darme una vuelta la semana próxima. Por otra parte cuando llegamos al restaurante en el que comimos el día de hoy me quede viendo hacia la calle y pensé " a ver a quien me encuentro" y ¡oh, sorpresa!, que me la voy encontrando y estaba tal como la recordaba como si en lugar de 9 años hubieran sido 9 días.
Aunque no fue el encuentro que esperaba porque ella llevaba prisa y yo ando contenido para que no se me desborden las emociones.
Afortunadamente me dejo su número de teléfono y yo le dí mi tarjeta de presentación.
Definitivamente creo en el poder del deseo: cuando un deseo es genuino y lo deseas con todo tu ser, existe una alta probabilidad de que tu deeso se cumpla, aunque por otra parte hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea (pero esa es otra historia y será contada en otra ocasión)