LOVEHATE

Estaba a punto de caer en el sobadísimo lugar común de postear una lista de cosas que me gustan y cosas que no me gustan, pero como los 3 lectores de este blog me conocen demasiado bien, mejor hablamos de uno de mis temas favoritos desde la perspectiva "lovehate".


LOVE
-Burbujas.
-Chocolate (¡Yum!), no niega la cruz de su parroquia
-Lego.
-Películas.
-Superhéroes.
-Dibujos animados.
-Los ombligos de las mujeres (chico listo).
-Las chichis de las mujeres (sic), lo dicho en el punto del chocolate.
-Star Wars (YEAH!).
-Plastilina.
-Scooby Doo en todas sus variantes.
-Batman (una de sus primeras palabras).
-Wallace y Gromit.
-Leer (Hell yeah!!).
-Bailar.
-Las Películas de Pixar.
-La mansión Foster para amigos imaginarios.
-El cine con todo y palomitas.
-El picante.
-¡¡Los vampiros!!
-Hacer pasteles.
-Los monstruos del cine.
-Adrenalina.
-La playa.
-El lodo.
-El agua.

HATE
-Los botones.
-Los tonos verdigrises de la ropa.
-Los monstruos que hay debajo de la cama (¿y esos a quién le gustan?).
-Las camisas.
-Los pantalones de vestir.
-Ser evidenciado en falta.
-Cargar sus cosas.
-El sabor del cafe tostado.
-Pedir disculpas.
-Perder.
-El dentista (con esa dentista, no lo entiendo).

Y luego le sigo...

LA NUCA

Siendo yo todavía un niño, veía un documental (en el maravilloso canal 11) sobre Japón. A ciencia cierta no recuerdo de que se trataba, la parte que recuerdo muy bien era aquella que versaba sobre el fetichismo en torno a la nuca, aunque debo confesar que era yo muy pequeño y no entendía del todo que rollo con eso de la nuca, ni con los fetiches.

Años después, como a los 13 o algo así descubrí precisamente la reacción que una nuca podía provocar en un servidor y mas o menos a que se referían los japoneses.

Fue en una de mis clases sabatinas de inglés (de las cuales guardo recuerdos bastante agradables, basta mencionar a Alejandra Arcos, pero esa es otra historia y será contada en otra ocasión), estaba yo tranquilamente conjugando el verbo TO DO cuando mi vista se posó en ese lugar donde se juntan el cielo y la tierra: LA NUCA, recuerdo que era blanca, unos cuantos cabellos que se negaban a adherirse al colectivo "cola de caballo" la cubrían tímidamente, observé la línea que ésta perfilaba y que terminaba en sus hombros, la piel que continuaba en su espalda, a escasos 30 cm de distancia podía yo percibir su olor, estaba yo fascinado, embobado, patipendejo, perdido en la contemplación...aqui es donde va una descripción del tipo "mi sexo se torno enhiesto", "un impulso eléctrico recorrió mi entrepierna", "comencé a roerme los puños" o algo así.

Para mi fortuna ella siempre iba con el cabello recogido.
Y por alguna extraña razón le gustaba sentarse adelante de mí.

Y así fue durante algunos meses hasta que apareció Alejandra, pero como lo mencioné antes esa es otra historia y será contada en otra ocasión.